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poema 
       a dos voces

Una mujer y su imagen 

han sido avistadas 

cayendo por la ladera 

de un pétalo rojo 

no está claro 

si ha sido un accidente 

pero el evento 

se parece más 

al deseo 

y si de un deslizamiento voluntario se tratara: 

¿por qué una rosa? 

había tres flores 

en el patio de su infancia: 

el bonche 

era la comida de una morrocoya de 20 años 

que siempre estuvo 

como una piedra más 

las flores de coral 

se habían vuelto 

demasiado institucionales

y las veraneras 

eran las favoritas 

de su madre 

y sobre todas las cosas 

no quería 

molestar a su madre 

estricta en asuntos de jardinería

intrínseca a aquel patio 

entonces 

la flor debía ser extranjera 

debía ser roja 

debía ser aterciopelada

debía ser roja y aterciopelada 

como las cortinas 

de los teatros 

Acerca del avistamiento (si el testigo era un hombre, no hay caso)

¿De qué manera caían? (si el testigo era un hombre, no hay caso)

¿Acaso caían dando vuelcos, 

acaso gráciles con los brazos arriba, 

los pies en punta?

(si el testigo era un hombre, no hay caso)

acaso caían riendo 

anulando 

de una vez por todas 

el pudor 

Quizá la noche anterior 

la mujer y su imagen 

pronunciaron 

algunas palabras 

referentes al miedo 

o a la libertad 

Se dijeron 

una canción 

oración 

enredada 

se santiaguaron 

jugaron un juego de palmas 

exhalaron un poco de aire tibio 

en sus manos 

y lo pusieron sobre sus ojos 

Después soñaron: 

un campo 

de naranjos paridos 

mil frutos amarillos 

como la lluvia del sol 

su jugo llenaba 

baldes y baldes 

y con eso se bañaban 

y de esa refulgencia mojada 

un arroyo 

era el camino hasta 

la vieja cancha

donde su abuela 

sin alzheimer 

driblaba el balón Spalding 

el viejo balón Spalding 

y reía 

y la risa era carne y hueso 

y los gusanos de la memoria eran carne y hueso

y el cuerpo de su abuela 

era la desnudez del dolor 

la cara de dios 

los párpados de dios 

los pliegues de chifón 

de todos los vestidos 

que escogieron para ella 

Poco importa 

si fue un accidente 

o un deseo 

el hecho 

no se puede 

desprender 

de la mujer 

el hecho 

la flor 

la mujer 

y su imagen 

ahora 

son un enunciado 

una mujer y su imagen 

han sido avistadas 

cayendo por la ladera 

de un pétalo rojo 

una mujer y su imagen han sido avistadas

cayendo por la ladera 

de un pétalo 

rojo 

una mujer y su imagen han sido avistadas cayendo

por 

la ladera 

de un pétalo

rojo

©maría argel
acerca de la ilustración
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Sofia Macdonald es una artista estadounidense y suiza actualmente basada en Nueva York. Está especializada en pintura, grabado, cerámica y textiles, y se inspira en las propiedades y posibilidades únicas de cada medio.  

 

Creció entre Los Ángeles y Zúrich; gran parte de su infancia transcurrió entre la naturaleza: las verdes colinas de los Alpes suizos o las saladas olas de la costa californiana. De ahí su estilo caprichoso y surrealista; se aleja de las representaciones naturalistas e idealizadas. En cambio, le entusiasma lo irregular y anormal. Busca representar la estrecha conexión entre la naturaleza y el ser humano yuxtaponiendo lo excéntrico y orgánico con su estilo limpio y preciso.

La pieza aquí expuesta, realizada tras haber leído el poema, está hecha en acrílico sobre lienzo.

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